La apertura del yeyé 2010. Muchas ganas de ver en directo a la gran Martha Reeves, tantas que al final eso se vuelve en tu contra por las expectativas que uno se crea.
Después de pasar toda la semana escuchando a Martha y las Vandellas, uno tiene la sensación de que va a ver y oir esas jóvenes voces interpretar alguno de los himnos de la Motown, pero el tiempo pasa para todos...
No me suelen gustar los conciertos gratuitos por dos motivos. Uno, se llenan de modo agobiante, dos, de gente que poco ó nada le interesa ni quien canta ni lo que canta . Siempre he pensado que cobrar, aunque solo sea una cantidad simbólica, es una buena forma de "filtrar" un poco el aforo, aunque también entiendo que la gratuidad es una buena manera de hacer llegar determinada música a personas que de otra forma no tendrían acceso a ella. En fin, que una vez "acomodados" en el centro de la Plaza Mayor de Gijón y previa presentación de su manager, sale a escena la "Reina" de Motown. Martha Reeves, en compañía de los "funk brothers asturianos". Lo primero que se nota es que la voz de Miss Martha no es la que era. Obvio. Con 69 primaveras solo mantiene la misma voz Mini-Vanili. Pero eso no es en absoluto lo decepcionante de la tarde, al contrario, digno de elogio, admiración y aplauso, las ganas, simpatía y entrega de la leyenda de Detroit. Ya quisiera ver yo a muchos con 69 años con esa misma actitud. Lo peor es sin duda el sonido, al menos desde nuestra posición, que no era mala, creo yo, el sonido es bajo, bajísimo, sobre todo en coros y metales, con lo que las canciones se me quedan descafeinadas. Si a eso le añades el cambio a última hora de la banda acompañante, lo cual obligó a la organización a buscar una salida de emergencia y "formar" unos funk brothers de circunstancias que, pese a hacerlo muy dignamente, extraodinariamente diría yo vistas las circunstancias, no pueden estar al nivel de una banda acostumbrada a tocar junta y con el repertorio de Martha Reeves machacado.
Al final de la noche, un sabor agridulce. Con ganas de más, pero sabiendo que acabamos de ver a una de nuestras ídolos. Una señora que se a ganado el apelativo de Leyenda viva del SOUL, así con mayúsculas. Una persona como dije antes, simpática, cercana, que hizo un gran esfuerzo y dió lo mejor de si sobre la escena, y con la que nos fotografiamos al final del mismo. Solo por esto último mereció la pena. ¿mitómanos?, si, ¿pasa algo?.
Momento con la gran Martha Reeves
Una gran crónica, si señor.
ResponderEliminarQuien la hubiese pillado unos años antes... pero mas vale tarde que nunca.
Gracias por la crónica, he leído también en otros sitios esas circunstancias que comentas sobre el sonido y creo que ese tema es tan importante como la afinación, si no se cuidan ambos factores el concierto puede resultar desastroso. Si ya hubo problemas con la banda de acompañamiento es más que probable que la organización tuviera que ir improvisando como pudo. También estoy de acuerdo contigo que en este país se pasó de las colas de la postguerra a las espontáneas de: "a ver si dan algo", y cuando es gratuito, se traen hasta sillas para pasar el rato, les echen lo que les echen sin criterio.
ResponderEliminarUn saludo y feliz mitomanía
Àlex
Escuchar alguno de los clàsicos de esta mujer en la mismìsima plaza de Gijòn hace que para nostàlgicos como yo nos bastara, esta reflexiòn viene dada con la perspectiva de los dias puesto que todo lo que cuentas es cierto. Un saludo Marcos.
ResponderEliminarEfectivamente, mereció la pena después de todo. Como digo, una gran profesional que, se nota, siente la música como solo este tipo de artistas la sienten.
ResponderEliminarGracias, Alex, Javier y Scooterista Cántabro, seguiremos informando....
salud!!