La última vespa ...

...y ni tan siquiera es amarilla. Si amigos, Correos jubila a sus "culonas", y lo hace con premeditación, alevosía, y desaciéndose del cadaver.....
Ayer paseando por mi ciudad, vi la que posíblemente sea la última Vespa del servicio postal en Gijón. Una PX 125 ¿Azul?, si azul. Solo se sabe que es de correos por el baul amarillo y el piloto con su característico casco también amarillo...el resto, aquí de momento scooters Piaggio, en otras ciudades scooters eléctricas e incluso bicis eléctricas.

¿A quién ladrarán ahora los perros?, ¿como sabrán en los pueblo que ha llegado el cartero?, ¿contaminación acústica?. En fin, será el progreso ese que nos prohibe fumar, ir a conciertos, beber en la calle, cerrar los bares tarde, decide quien ha de ganar la liga, que debemos ver en la TV, que tenemos que leer, como peinarnos, como vestir, y por supuesto prohibe las vespas que con su ruido ensordecedor son la mayor amenaza para la tierra y su frajil ecosistema. Debe de ser que producir electricidad es muy barato y no genera ni contaminación ni ruido .... y ya malpensando que Felipe Gonzalez y Aznar cobran una pasta de las eléctricas...nada, nada, todo casualidades.

La Vespa ha contribuido durante años al progreso de este país más que ningún político y ha sido elemento vertebrador al permitir la comunicación de los ciudadanos de la piel de toro desde cualquier rincón por recondito que este fuera. Y nosotros se lo pagamos sin darle la posibilidad de un retiro digno, mimada en uno de nuestros garajes y saliendo de cuando en cuando de paseo para tomar de nuevo las carreteras con sorpresa de los perros y regocijo de sus amos. Porque estas viejas máquinas, no se pueden comprar, al menos en España claro, según dicen son vendidas por cuatro duros fuera de nuestras fronteras, para luego pagar por ellas 3000 lereles si las queremos de vuelta. Así nos luce.

Sobre estas lineas, dos ejemplos de "futuro sostenible" en el pais de la piruleta, calle del arcoiris, el simpático cartero reparte las notificaciones de embargo a lomos de una maravillosa escuter ecológica que no contamina, para dejarnos un futuro lleno de amor, frases políticamente correctas, sin humos, sin identidad, sin alma.
 

La Lambretta también se apuntó al amarillo y durante algunos años compartió asfalto repartiendo la correspondencia. Esta de la imagen, creo, de principios de los 80.